Aunque quien primero me hizo saber sobre el concepto fue, nuestro siempre añorado, Manuel Vázquez Montalbán a través de una gran novela de similar título, la magia al respecto corrió a cargo del ya mencionado en este blog, poeta y cantante portuense, Javier Ruibal. Un tema que ya forma parte de la discografía ilustre de la música española y, como no, de la poesía contemporánea.
El Tomoscopio de Mimbre, desde el principio, reservó un hueco entre sus páginas a esta bella pieza poética para que ella misma decidiera su ubicación más idónea. Y así fue como procedió a diseminarse por varios momentos del relato sin perder finalmente ese poder que le atribuyen de actuar sobre aquellos que en verdad han amado más que a su vida misma.
¡Querido Javier Ruibal, con el respeto y admiración que sabes que te profeso!