En el transcurrir de las páginas de la novela El Tomoscopio de Mimbre era inevitable la aparición de momentos y lugares relacionados con el glamour y el dinero, dada la profesión que detentaba el protagonista de la misma.
Uno de estos enclaves, conocido como Punta del Este, se localizó en la costa uruguaya para ambientar la celebración de unas fiestas navideñas sin frío, todo esto como continuación de los episodios relatados en Nueva Helvecia y Colonia del Sacramento.
Aún así, el libro no quiso obviar que también en esta zona del mundo existe uno de los parques medioambientales más preciados de esta tierra: la isla de Lobos. En la imagen de abajo puede verse un ejemplar de lobo marino que pueblan el lugar. Además, la imagen comparte espacio con una escultura muy peculiar fabricada por Mario Irarrázabal que ha pasado ya a ser símbolo oficial de Punta del Este.