La ciudad de Lima atesora no pocas historias sombrías que el tiempo y la política del momento se encargó de ir acallando. Una de ellas, bastante tétrica por cierto, tuvo lugar en la universidad radicada en el barrio de La Cantuta en el mes de Julio de 1992.
Bajo la presidencia del ínclito Alberto Fujimori, de raíces japonesas como muchos habitantes peruanos que con la ayuda del, a la postre, macabro jefe de la Inteligencia, Vladimiro Montesinos, urdió una de las operaciones más sangrientas contra un grupo de profesores y alumnos de aquella universidad. Con la excusa de que el grupo terrorista Sendero Luminoso estaba extendiéndose por algunos campus estudiantiles, a la vista de las protestas que se producían en ese tiempo, emprendió un asalto protagonizado por el grupo Colina que acabó con un reguero de muertos y heridos.
Gracias al valor de ciertas personas, jugándose la vida, se consiguió que este suceso no cayera en el olvido ni oficial ni popular. Desde El Tomoscopio de Mimbre se ha querido contribuir a que su memoria perenne no permita una repetición de hechos tan luctuosos.