Tren Osaka-Tokio

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Japón: aúna tradición y modernidad

Hace un tiempo se cumplieron los 50 años del primer tren bala que entró en funcionamiento en Japón: la línea Tokio-Osaka. Trayecto que inicialmente se realizaba en cuatro horas, lo cual reducía ya dos horas su duración, en la actualidad completa su recorrido en el mismo tiempo en el que lo hace el AVE Madrid-Sevilla.

Aunque la rapidez la tuvieron que demostrar mientras construían el Shinkasen dado que, tras algunos parones por motivos económicos, hicieron la machada de tenerlo a punto para la inauguración de las Olimpiadas de 1964. Desde entonces Japón es un país eminentemente ferroviario y le han cogido la afición de forma y manera que su intención pasa aumentar esta red de alta velocidad con la implementación de otra red, ésta con tecnología de levitación magnética con el horizonte en 2027. Su proyecto estrella tiene por objetivo unir Tokio y Nagoya en 40 minutos a una velocidad de 500 kilómetros por hora.

El Tomoscopio de Mimbre no dejó pasar la oportunidad de que este tren formara parte de la novela en uno de sus episodios más trepidantes. Si quieren asistir a ese momento, entre sus páginas les aguarda.

Gastronomía japonesa

Hari-Hari Nabe

Harihari nabe, guiso de ballena enana y mizuna. ¡Típico de la zona de Kansai!

El tramo final de la novela El Tomoscopio de Mimbre se desarrolla en tierras japonesas y como en entradas anteriores en este espacio, tampoco olvida la gastronomía local. Aunque lo primero que hay que tener en cuenta es que este país tuvo un antes y un después a la apertura de puertas a países extranjeros.

Porque en los años anteriores a 1868 el pueblo japonés no era de comer carne. La base de la dieta siempre estuvo compuesta por cereales como el arroz, el mijo, el sorgo y el trigo sarraceno cultivados en alternancia con la cebada y otras legumbres. Para completar el menú incluían vegetales, pescados y algas.

Pero a raíz de entonces, y sobre todo tras la II Guerra Mundial, la gastronomía fue adquiriendo otras dimensiones. Los nabe son los guisos por excelencia del país, existiendo tanta variedad como regiones. Luego están la soba y los ramen, que son esos fideos que van en las sopas. Suelen llamar la atención los Takoyaki que son como una especie de bolas de harina frita rellenas de pulpo.

No obstante, la alimentación varía en función del festejo que marca el calendario: año nuevo, el día del niño, la entrada al colegio y así todo lo que puedan imaginar.

¡Y sí, también existe el sushi! Pero de ese ya tienen noticias a diario aquí en Occidente. Sin embargo, lo que probablemente no conozcan sean los Isakaya que, para que lo entiendan bien, vienen a ser una especie de bares de tapas. ¡No se los pierdan!

Hanami: ¡cuando es primavera en Japón!

¡Celebración por todo lo alto en Japón!

¡Celebración por todo lo alto en Japón!

Que Japón es un país que merece una visita (y más de una), pocos deben dudarlo a estas alturas. Pero si se nos diera a elegir el momento del año en que este encuentro debiera producirse, el inicio de la primavera tiene todas las papeletas para la rifa.

Más concretamente durante la celebración del Hanami. ¿Que qué eso? Pues viene a ser como aquí en España lo del Valle del Jerte multiplicado por mucho y convertido en fiesta nacional. ¡Venga yaaaa!, dirá alguno. Con decir que llegada la época, la «meteo» de los telediarios emite pronósticos sobre el florecimiento de los cerezos con objeto de que el personal organice sus excursiones para contemplarlo.

El Tomoscopio de Mimbre, gran enamorado de algunas tradiciones del Japón, hizo una pequeña mención a este acontecimiento en la vida de los nipones y les obsequia con esta imagen tan potente para su deleite.

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El relato de Genji

Murasaki Shikibu

¡Dicen que ella fue su autora!

Considerada como obra maestra de la literatura dinástica japonesa, relata la vida y aventuras amorosas un príncipe, Hikaru Genji («Príncipe Brillante»), y las de sus descendientes a lo largo de 54 capítulos.

Aún escrita a finales del siglo X, está considerada como la primera novela del mundo en el sentido moderno, en la que Murasaki Shikibu (poetisa de la realeza) no quiso obviar su pasión por la estética incluyendo numerosas poesías a lo largo de sus 4200 páginas. Por eso esta entrada de hoy lleva la dedicatoria especial para una poeta y amiga que tuvo el detallazo de corregir el primer manuscrito de El Tomoscopio de Mimbre: Lola Crespo.

La novela que da nombre a este blog, pese a estar a años luz de la belleza que transmite El relato de Genji, comparte su amor por la poesía y muestra la transitoriedad de la vida muy presente en la filosofía budista.

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«Tango» Fujisawa

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¡Un tango con toque oriental!

Cuando escuchó una vez La cumparsita a cargo de la Orquesta Típica de Tokio, Ranko Fujisawa se dijo a sí misma que ese son era para ella. Y lo logró porque en 1948 su ya marido, director de la orquesta, la presentó en Yokohama como voz para los tangos de dicha formación musical.

Aunque el bombazo lo dio en 1953 al visitar por primera vez Buenos Aires, en una escala por varios países de América. Pensó quedarse apenas unos días como turista pero el director de una radio le sugirió cantar en un teatro de la capital. A la actuación acudió el propio presidente Perón. Y así consiguió contratos de dos meses cada año hasta 1964.

El Tomoscopio de Mimbre, en su línea de constatar las mescolanzas étnicas que se dan en el mundo, rinde un homenaje a una de las grandes del tango en una de las escenas de la novela. Mientras llegan a ese pasaje del libro pueden deleitarse con esta grabación:

La Expo ’92 de Sevilla: una explosión de cosmopolitismo

Curro-Expo-92

¡El último curro que hubo en Sevilla!

Aquellos que vivieron este colosal acontecimiento siempre tienen a mano algún sucedido, anécdota o recuerdo agradable que los retrotrae a un 1992 en el que las cosas pintaban de otra manera.

La ciudad de Sevilla llevó hasta sus extremos el concepto de cosmopolitismo del que los tangerinos ya veníamos con sobrado entrenamiento. El público tuvo ocasión de conocer muchas innovaciones, muchas gastronomías y, más importante, gente de todo pelaje y condición. Y eso no pasó desapercibido para El Tomoscopio de Mimbre.

Una pena que los de siempre (los del «vamos a llevarnos bien, todo lo que podamos llevarnos bien») tuvieran la ética tan blanda y la cara tan dura para sublimar tanto metal pesetero.

Para quitarnos ese mal sabor de boca anterior, ¿qué tal un paseo por uno de los pabellones más impresionantes de la Exposición Universal? Efectivamente, Japón. Con saber que no se utilizó un solo clavo en su construcción, comienza el asombro.