En estos días recupero unas declaraciones del actual arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, aparecidas en prensa y radio hace un año, poco frecuentes en boca de responsables eclesiásticos hasta ahora.
El hecho me ha recordado cómo la diócesis de Tánger ha contado, la mayor parte de las veces, con hombres de un discurso bastante próximo al actual Papa Francisco. Y quiero destacar especialmente al que más conocimos: Carlos Amigo.
El hombre se presentó, un día de 1974, camino de Sevilla, en el Hostal Campomar de El Puerto de Santa María (Cádiz) con objeto de visitar a mis tíos, regidores por aquel entonces de dicho establecimiento, a los que unió cierto trato en su etapa tangerina.
En la comida posterior, mi familia pudo asistir a una de las más deliciosas charlas en la cual monseñor Amigo desplegó toda una batería de afirmaciones entre las cuales destaco dos dirigidas a mis padres: «el documento canónico que os hicieron firmar al casaros en matrimonio mixto, obligandoos a bautizar a vuestro hijo, ya no era legal en 1964» y «respeto más a un no creyente con coherencia que un católico hipócrita» .
Una pena que cuarenta años después todavía estemos a vueltas con lo mismo en temas de inmigración y actitudes.
No he tratado al actual arzobispo de Tanger, pero efectivamente tuvimos una charla con el entonces arzobipo, Monseñor Amigo, que junto al padre Cabezon, hicieron un alto en ese hostal, de camino a Chipiona, para asistir a la novena de la Virgen de Regla. El, escondió su cruz para no impresionar ni coartar al grupo de comensales y pasar por un simple franciscano. Pero el padre Cabezon, al final, con su estilo, dijo de él que seria llamado a ser uno de los próximos Papa. Mas tarde fué Monseñor Amigo, cardenal en Sevilla, y creo que ya jubilado, reside en el convento de la Virgen de Regla en Chipiona, donde tambien terminó sus dias el padre Cabezon, ya fallecido.
Ay, nuestro querido Monseñor Amigo, cuánto le echamos de menos por la tierra de María Santísima, y qué importante fue también para mi familia