Cuando del ahora famoso Luis Bárcenas el gran público no conocía ni aspecto, ni mucho menos procederes, sí era vóx populi la existencia en territorio suizo de una de las mayores industrias financieras basada, cómo no, en el secreto bancario.
Si para España el turismo es fundamental para mantener a flote su economía, Suiza tiene basada su continuidad como país «con alto tren de vida» en el «calladitos estamos más guapos». Una de sus plazas estrella es Ginebra, como capital económica de la zona francesa de la Confederación Helvética.
Aunque su elección como decorado de lujo para el desarrollo de El Tomoscopio de Mimbre, respondió a varias circunstancias que poco a poco se van desvelando a lo largo de la novela.
Las más sobresalientes, en lo sentimental, fueron la vivencia como exiliados de José Ángel Valente y María Zambrano. ¡Mis respetos a ambos! Aunque Miguel Servet, conocido en estos lares como Michel de Villeneuve, tuvo también su influencia.
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