Puede que a estas alturas todavía haya gente que desconozca la existencia de este juego de estrategia en tablero. Entre los jóvenes, me imagino, que el consumo de cómics y series manga japonesas les permite ponerle imagen a lo que digo.
Si el ajedrez puede parecerle a alguno reservado para sesudos, está a tiempo de subir un peldaño más. El GO genera un mayor número de jugadas futuras a tener en cuenta. De hecho, en Japón, su estudio tiene carácter universitario, con lo que poca broma con esto. ¿Algún valiente? Ahí tiene un buen pasaporte para aficionarse.
Y aunque la historia de este juego atesora un anecdotario de partidas que han llegado a durar hasta semanas, me llamó bastante más la atención el sentimiento que Jorge Luis Borges expresaba en estos versos:
Es más antiguo que la más antigua escritura
y el tablero es un mapa del universo.
Sus variaciones negras y blancas
agotarán el tiempo;
en él pueden perderse los hombres
como en el amor o en el día.
El Tomoscopio de Mimbre hace coincidir en Buenos Aires a estos dos fenómenos.
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