El que avisa no es Trader…

Trader

Cuando la ética viaja en tercera clase

Todo el que cursó el bachillerato en su día, se volvió un día para casa con aquel lema del despotismo ilustrado que rezaba: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo».

La progresiva conquista de parcelas democráticas buscó arrinconar este tipo de planteamientos y empoderar cada vez más a las personas para influir en las decisiones del conjunto.

Aunque por el discurrir de los acontecimientos, la parcela que más influencia tiene actualmente en la vida de cualquier ciudadano de una sociedad capitalista no es otra que la economía. Y es ahí donde quedan aún «despotismos iluminados» por combatir como el que los traders se han fabricado a través del apalancamiento: «Todo por el euro pero sin el euro».

El Tomoscopio de Mimbre quiere contribuir a desvelar estos «tejemanejes», cuyos «futuros financieros» acaban llevándose por delante tantos futuros personales. Y ahora, por si no había bastante, se han unido a la fiesta las criptomonedas que acabarán haciendo estragos en aquellos de incauta formación financiera.

La inmortalidad del trader

fiorentino

Como la energía; sólo se transforma

¿Se acuerdan cuando Sarkozy proclamó en 2008 que había que ponerse manos a la obra para embridar a ese caballo desbocado en que se habían convertido los mercados? Pues, a la vista de cómo se han desarrollado los acontecimientos, me quedo con la respuesta que da un personaje de la novela El Tomoscopio de Mimbre a su protagonista: «un mohón seco».

Por eso en esta entrada se halla una referencia a la novela de Marc Fiorentino, Un trader nunca muere, en el que se relatan las «SamVenturas» de un tipo «rien-ne-va-plus» con grandes montantes a su disposición para invertir de forma especulativa  y se suministran las claves para comprender la crisis actual y los peligros de la financiarización excesiva de la economía: subprimes, los efectos del apalancamiento imprudente, la opacidad en las operaciones y la propagación en dominó de las quiebras..,. alineados con el conocido método MMPRDC (Make more profit, the rest we don’t care).

No debe ser casualidad entonces que Florence Noiville, graduada en la prestigiosa HEC de París y cuatro años como analista financiera de una compañía norteamericana, tras salir huyendo de ese mundo y publicar el libro Soy economista y os pido disculpas, acabe afirmando: «Hace falta más ética en las aulas (de las escuelas de negocio)».

Con este vídeo queda todo dicho: