Si algún lector de El Tomoscopio de Mimbre se llevó una sorpresa al conocer en las primeras páginas de la novela que parte de la genética del califa cordobés Abd al-Rahman III era de origen vasco, que me contarán cuando les diga que hay un lingüista armenio por ahí que sostiene que su pueblo y el vasco son primos hermanos.
¿Y si fuera cierto qué? Pues otra muestra más de que los pueblos del mundo se han ido fraguando, en mayor o menor medida, a base de mezcolanzas de uno o más tipos. Tanta pamplina con el Rh y la raza autóctona cuando el descifrado del genoma ya ha demostrado que por ese lado las diferencias son mínimas. Ya lo dice, entre otros muchos, Karra Elejalde que los prejuicios se te quitan viajando mucho y conociendo cada vez más gente, a poder ser interesante -añado yo.
Lo que hemos avanzado desde los tiempos en que el negro, el indio, etc… eran consideradas criaturas de orden menor. Y lo que nos queda por seguir avanzando…