Al oír esta palabra, a muchas personas que acostumbran a rozarse con dispositivos tecnológicos, les da por encorvarse como a los gatos escuchando un ladrido cercano. La mayor parte de las veces es debido al desconocimiento o, peor, a la utilización de forma sesgada y mal intencionada del término por parte de la prensa.
Como bien dice el título de hoy, una definición exprés para hacker puede ser eso de un listo con curiosidad. Y esas capacidades le permiten indagar hasta conocer, mejor que su creador a veces, cualquier sistema que dependa de la informática, con vacilada a lo rumba de Peret: «Borriquito como tú, yo sé más que tú». Ese es nuestro Pau Fortell/Ulrich Wessling, coprotagonista de El Tomoscopio de Mimbre.
Otra cosa es aquel que siendo también listo y curioso, va a hacer daño a ese sistema y cuando no, chantajear con hacerlo a sus propietarios. Eso, que ya constituye delito, es obra de un cracker.
En el mundo de la abogacía pasa tres cuartos de lo mismo y no se levantan campañas interesadas de ningún tipo para desprestigiar a los más listos y hábiles. Más al contrario, su caché se viene arriba.
Para saber más de la cultura hacker y como muestra de que hay gente que sabe de lo que habla, dejo esta imprescindible charla TED a cargo de Catherine Bracy:
Pingback: Un hacker de ética intachable | El Tomoscopio de Mimbre