Me quedo con Roszak cuando en el año 1968 decía: «Cualesquiera que sean las demostraciones y los beneficiosos adelantos que la explosión universal de la investigación produce en nuestro tiempo, el principal interés de quienes financian pródigamente esa investigación seguirá polarizado en el armamento, las técnicas de control social, la mercancia comercial, la manipulación del mercado y la subversión del proceso democrático a través del monopolio de la información y del consenso prefabricado».
En la actual era del cortoplacismo en la que todo se ha de sustanciar ya, la investigación tiene todas las de perder frente a la cultura del pelotazo. Hacerse rico de cualquier forma, normalmente de mala, lo acaba pagando, y nunca mejor dicho, el colectivo.
Si a eso se une el escaso aprecio y favor otorgados tradicionalmente por este país a todo lo relacionado con el conocimiento, tenemos harto complicado nuestro deambular por el siglo XXI como sociedad económicamente solvente.
Aquí donde a la inflación algunos la denominan inflacción, ¿por qué a algunos beneficios no los denominan beneficcios? Puede ser que abra la puerta a mucha gente al pensar que algunos sean bene-ficciones. beneoficios
Como siempre, algún antepasado nuestro tenía su momento de lucidez y gustaba de ponerla por escrito: