Osaka: no sólo un motor industrial para Japón

¡El aeropuerto en una isla artificial!

¡El aeropuerto en una isla artificial!

Si dicen de Tokio que es la ciudad sin alma, Osaka sigue sin acordarse de que una vez la tuvo. A lo mejor el motivo de esto pueda encontrarse en que fue prácticamente destruida durante la II Guerra Mundial. Su demostración más palpable lo constituye una arquitectura de metal y vidrio que define un skyline harto peculiar, desde que el cine norteamericano nos lo mostrara en la película Black Rain.

Pese a todo, tiene una fuerza que magnetiza de entrada al visitante desde que aterriza en su espectacular aeropuerto, tal y como se recoge en El Tomoscopio de Mimbre. Como espectacular es también el emblemático edificio conocido como Celestu Umeda, construido en 1993, mirando por el rabillo del ojo el diseño del Arco de la Defensa de París.

Aunque hay una construcción sospechosa de albergar el útimo resto de alma en esta ciudad. Se trata del Castillo de Osaka. Esta impresionante imagen, cuya perspectiva lo muestra flanquedo por edificios modernos, esconde una tradición de indestructibilidad digna de un superviviente. Salvo la torre principal que ha sido tocada o hundida en diferentes momentos de la Historia (1665, 1868 y 1945), esta joya arquitectónica tiene la peculiaridad de tener más parte bajo tierra que a la vista.

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