Este blog viene dando ya, desde sus inicios, alguna puntada sobre la podredumbre instalada en las diferentes economías mundiales, a saber: El «TIC y traca» en las bolsas mundiales, BlackFriars: «il ponte maledetto, Del grùyere al emmental, El que no avisa no es Trader, Economía de casinos: «casinada al aparato», Es oro todo lo que reluce pero no todo debe relucir, Ginebra no es nombre banco pero…, La isla de Tórtola: un paraíso…
Hoy El Tomoscopio de Mimbre pone el foco sobre un escándalo destapado nada más comenzar el año 2008 en París, en el cual un miembro del equipo de trading del banco Société Générale, Jérôme Kerviel, al parecer se había extralimitado en sus funciones asumiendo un alto riesgo en el posicionamiento inversor de la entidad.
Como bien se pudo demostrar a lo largo de la investigación, el tipo no obtuvo lucro personal en ningún momento. Esto unido a unas declaraciones que realizó en las que hacía entrever que no actuó tan a espaldas del banco como éstos manifestaron, podrían llevar a la conclusión de que la entidad se aplicó el cuento de que el mejor amigo del hombre es el chivo expiatorio.
¡Que se lo cuenten ahora a Greenpeace, que recientemente se ha visto envuelta en un escándalo similar aunque de proporciones bastante menores!