De Errol Leslie Thomson Flynn se dice que en sus inicios fue marinero, buscador de oro y atleta. Sin embargo, se habla menos de su faceta de escritor. Eclipsada por su arrollador aterrizaje en Hollywood para protagonizar papeles de galán en algunas de las aventuras más recordadas del celuloide.
Destacado fue considerado su apoyo al bando republicano en la guerra civil española, como el de otros muchos actores, pero este fue el único que apareció por España en 1937. Eso sí, desengáñense. Ni por altruismo ni heroismo ni por cualquier noble causa que se atribuye en estos casos. El tipo sólo quería estar en un lugar del mundo al que su primera mujer no pudiera seguirle, cansado de que ésta quisiera controlarlo las veinticuatro horas del día y por eso solicitó a su amiguete William Randolph Hearst, magnate de los medios de comunicación, un puesto como corresponsal de guerra.
Ya se sabe que alcohol, drogas y demás excesos conformaron parte del menú con el que vivir la vida siempre a tope. En esa línea de amante de los momentos intensos, se decantó también por un deporte intenso, la cesta-punta, como lo atestigua la siguente fotografía: