Naftalina

Naftalina

¡No sólo pone a raya a los bichos!

¿Quién de los que vamos rondando de largo ya la cincuentena no recuerda la odora bofetada que se producía al abrir ciertos armarios de casa? Las culpables no eran otras que unas bolitas que las mamás tenían costumbre de almacenar en los rincones de esos armarios, baúles o demás. Todo para preservar de las hambrientas polillas la ropa que requería menos trasiego.

En una ocasión alguien me contó sobre los efectos devastadores que unas cuantas bolitas de naftol (dicloro de benzeno), que es como lo denominan los químicos, podían producir en determinados seres vivos que no eran los habituales que rondaban por casa. Si alguno está interesado en descubrir el porqué de la presencia de la naftalina en El Tomoscopio de Mimbre no tiene más que acudir a la lectura de sus páginas. ¡No desprende olor, lo aseguro!

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.