Uno de los sonidos que un tangerino conserva para siempre en su memoria es esa lengua de gran musicalidad que cristalizó en el Norte de Marruecos: el Haquetía.
Una derivada de la lengua ladina que portaron los judíos expulsados de España hace 400 años y cuya porosidad permitió que sus hablantes incorporaran expresiones de allá por donde se iban asentando. Entre ellos Tánger, donde raro era el día en el que no llegaba a los tímpanos alguna expresión de labios de sus habitantes.
Son varias las personas que siguen conservando para todos nosotros esta maravilla del lenguaje. Entre ellas, El Tomoscopio de Mimbre quiere destacar hoy a Solly Levy y a Mercedes Dembo. De él les dejo uno de sus Sollyloquios en Radio Sefarad y de ella este relato subido a Youtube; impagables testimonios de amor a esta lengua.