Hay pueblos de nuestro mundo que se han trabajado el marketing mejor que otros. Me vengo a referir en este caso a los pueblos judío y armenio. Dos terribles genocidios: uno llamado Holocausto y el otro por definir… Umm… Cuando se habla de un pueblo en la diáspora el primero que viene a la cabeza es el judío y si se pide un esfuerzillo algunos llegan a nombrar al pueblo gitano. Del armenio ni palabra. Y eso que están bien extendidos a lo largo y ancho de esta Tierra.
Si a uno le da por tirar de nómina de armenios conocidos puede encontrarse a la cantante francesa Sylvie Vartan, a la cantante y actriz norteamericana Cherylin Sarkissian (conocida como Cher), el tenista argentino David Nalbandian, al cuatro veces campeón francés de Fórmula 1 Alain Prost, al director canadiense de cine Atom Egoyan, al músico francés Michel Legrand, al actor norteamericano Gregory Peck, el periodista turco Hrant Dink, y, éste si más conocido por ello, el cantante francés Charles Aznavour.
Pero por si algún sevillano se quedó chafado por no encontrar en la lista a un conciudadano, le voy a alegrar el día. Doblemente además. ¿Les suena Don Jorge Adeodato? Pues fue Obispo de esta ciudad (antes de la localidad armenia de Van) unos años hasta 1643 y al parecer partidario del “en Sevilla hay que morir”. ¡Ay, ay! y yo sin conocerlo, se dirá alguno. Pues nada, nada. En la iglesia de San Vicente todavía se conserva, al lado de una de las puertas de acceso al templo, la monumental lápida que colocaron encima de su tumba al ser enterrado.
El Tomoscopio de Mimbre quiso ayudar a levantar el velo del olvido sobre los horribles sucesos sufridos por este pueblo a principios de siglo XX y testimoniar de paso, en la figura del periodista turco de origen armenio asesinado Hrant Dink, como hay personas que abogaron hasta su muerte por superar una situación tan dramática.